Monday, June 11, 2007

Felicidades

Colombia es el país más lindo que he visitado hasta ahora, pero también es el más desafiante. Desde el momento en el que llegué me he enfrentado con situaciones que alternan entre encuentros bonitos con gente muy amable y situaciones un poco complicadas, por decir lo menos.

Al cruzar el río que separa Tulcán, Ecuador con Ipiales, Colombia, me paró un oficial de la policía. Tuvimos una conversación muy interesante, porque aunque en la superficie parecía que me preguntaba de mis planes en el país y que me recomendaba lugares que visitar, el tipo logró preguntarme entremedio qué llevaba en mi mochila, si llevaba mucho dinero, cuánto, y de dónde había venido. No estaba seguro si quería una coima o qué, pero le seguí el rumbo de la conversación, muy tranquilo (pues no tenía nada que esconder tampoco). Pero al final, me dio la bienvenida a su país, y una hoja con su número de teléfono por si me pasaba algo y un mapa donde había dibujado una ruta con los lugares turísticos infaltables del país. Respiré, y seguí mi camino.

Me han contado de un fenómeno acá llamado "la pesca milagrosa," donde los FARC o los paramilitares paran buses que viajan dentro del país, y todos lso pasajeros se tienen que identificar y darles la plata que tengan. Y pobre de ti si piensan que pueden sacar más plata si te "pescan" a ti, o sea, si te secuestran. Así que ojalá no me "pesquen milagrosamente." Igual parece que ya no pasa tanto como antes.

De Ipiales fui en bus a la ciudad de Popayán, y a partir de ahí empecé a sentir el calor de la gente. Me quedé esa noche en una "casa turística," un hostal pero en un barrio residencial donde viven los dueños del hostal también. Fue súper lindo cómo me trataron. A veces hasta me siento como una celebridad menor, porque la gente parece tan contenta de que haya llegado un gringo ahí de paseo. Supongo que no somos muchos los que llegamos. En el terminal de buses de la ciudad, pregunté a un policía dónde estaba la custodia de equipaje, y no sólo me llevó a la custodia, sino que me habló de su vida, me preguntó de la mía, me dio la mano tres veces durante la conversación, me dio el nombre de un policía en el centro de la ciudad que podría darme un tour especial (tour que no tomé al final, pues no encontré a dicho oficial), y concluyó diciéndome "felicidades," como si hubiera ganado un premio al llegar a la custodia de equipaje.

O sea: los Colombianos se pasaron de amables. Se desean felicidad entre sí a cada rato, me imagino, porque hay mucha tristeza en el país, o por lo menos lo ha habido.

El centro colonial de Popayán, a todo esto, está muy lindo. Mucha iglesia, mucho puente antiguo. Mucha gente me miraba mientras caminaba, así que les decía "buenas tardes," y siempre se ponían a hablar conmigo. Comí una "bandeja" de pollo asado que venía con papas bañadas en una crema de coco, y arroz y plátano frito y ensalada...estuvo riquísimo. La comida colombiana es increíble. Ah, y acompañada por una cerveza Poker. Mmmmmm.

De ahí tomé un bus a San Agustín, y juro que era amigo de todo el bus cuando llegamos al cruce de San José, donde el bus me dejó. De hecho sé que me tenían cariño porque insistían que el chofer del bus esperara a que llegara un bus a San Agustín mismo. Pero no llegaba y al final me dejó ahí igual. De repente, otra situación complicada. Eran como las 9 de la noche, y estaba en una zona donde recién había guerrilla, aunque "ya no" (la frase favorita de los colombianos, la escucho a cada rato). Ahí estaba, solo, al lado de la carretera. Tuve que hacer dedo. Y no llegaba NADIE, esperé como una hora. No había teléfono ni nada, ni nadie. Era un poco desesperante. Al final un tipo me llevó, y resultó ser guía turístico y me llevó a la puerta de mi hostal. Estaba agradecido del alma cuando vi luces por fin en la carretera. Ya había pasado ene películas, de que iba a tener que dormir ahí, que me iban a encontrar los FARC en la noche, que me iban a secuestrar y mis viejos iban a tener que hipotecar su casa para liberarme...

Resultó que el tipo que me llevó era amigo del dueño de mi hostal. Eso sí, tuvimos que llegar a la ciudad por una ruta un poco circuita porque había venido de donde las putas (o "chicas de tiempo," como lo decía él...estamos en tierra de García Márquez, después de todo) y no quería que su señora lo viera entrar al pueblo. "Pueblo chico, infierno grande," me dijo. Tienen ese dicho en Colombia también, parece. ¿Ya ven lo fácil que es entrar en confianza con los colombianos?

Hoy he recorrido el Parque Arqueológico San Agustín, uno de los sitios aqueológicos más importantes de América. El tour que me hizo mi nuevo amigo Humberto (no el que llevó anoche, sino otro tipo, un guía esperando fuera de la entrada al parque) incluyó reiki, ya que se supone que sale mucha energía de las ruinas y las tumbas de San Agustín. Aprendí que mi aura es de 4 m de radio. Y ¿la suya?

Ya pondré fotos, se lo prometo.

Muchos saludos a tod@s.

3 comments:

Bridget said...

We were relieved to read your comments about Colombia, "el país más lindo" that you have visited until now. We loved the description of your encounter with the policeman at Ipiales. Typical cop -- friendly on the outside, but curious about who you really are, that is, why a gringo would risk his life traveling through Colombia via buses. It was amazing that he wanted to give you his phone number in case you had difficulties. I'm glad you didn't.

Or rather, glad that you managed to extricate yourself from the difficulties you did encounter.

With a name like Fischer, you could easily become the "miracle fish" to a shake-down artist. We were happy to read that no one hooked you on his line.

The policeman at Popayán was certainly very good to you at the bus station where you stored your bags. Too bad you can't tell from the outside which are the good cops and which are the bad ones.

Your description of the Colombian cuisine made our mouths water -- roast chicken, potatoes in cream, and fried plantains. We hope you haven't lost any weight.

We're not sure whether we really wanted to know about your night adventure on the way to San Agustín. The prospect of having to mortgage our house to ransome you from the guerrillas is not a happy one. About your new found friend who gave you a lift (and had to take the circuitous way into the city) so as to mislead his spouse -- well, any port in a storm!

You are a lucky guy. It must be your four-meter aura. Congratulations on still being alive.

Anonymous said...

Valentina: "desgraciado, envidio lo que has conocido....yo sólo conozco Mendoza............Te extrañamos, besos y abrazos..Te quiero Mucho... te mando las fotos de mi coreografía a fin de año,en caso que no puedas venir... cuidate, te quierooooooooooooo!!!!!!!!!!

TIBOR said...

Dear Carl,
Junto con Julio, el Mauri y yo, nos hemos impresionado por las aventuras sufridas en tu viaje, por Colombia.
Hoy me ha llamado, por telefono, desde California, mi amigo Ralph, y me ha preguntado por tu viaje, le envié tu blog.¡ Me parece que muchos desean imitarte ya que rretorna al PERU, en septiembre!; además
obviamente va a pasar a visitarme al
Valle de CODPA...que se ha puesto muy de moda,..inlcuso desde Santiago, ha venido el Ballet BAFONA, a dar una función unica en su genero y han sido Hospedados en el HOSTAL CODPA. Son 47 personas, entre músicos, bailarines, poetas,
actores y coreografos...
Me alegro saber que LIAM, estuvo contigo parte de tu viaje, en Colombia,..me han dado risa algunos de los comentarios de los "chilenos",..tán envidiosos los "guevones"...
Un fuerte abrazo y mis cariños.
Santiago bajo 0° y acá en el norte, CODPA, siempre con sol...24°.
¡¿Qué diferencia no?
TIBOR